Arranca el mes de març, i com cada any laveudelliria.com vol visibilitzar a les dones representatives de Llíria i la seua història en l’especial “8 dies, 8 dones”. Del dia 1 al 8 de març cada dia un article on la veu és femenina. Arranquem amb la prestigiosa arqueòloga Helena Bonet.
Ha sido la Directora del Museo de Prehistoria de Valencia, y la arqueóloga encargada de algunas de las excavaciones iberas más importantes de la antigua Edetania. Hablamos con ella sobre nuestras antepasadas y qué papel tenían las mujeres de Edeta tanto en la vida cotidiana como en las ceremonias donde aparecen representadas.
Aunque se acaba de jubilar, Helena nos recibe en “su” Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia y en la sala dedicada al Mundo Ibero, que durante tantos años ha ayudado a crear. En el centro el vaso de los Guerreros del Tossal de Sant Miquel de LLíria, preside la sala.
-Si se conoce tan poco de Edeta, ¿me imagino que todavía se conoce menos de las mujeres que la habitaron?
La ciudad de Edeta se conoce mucho, tanto a nivel nacional como internacional, en el mundo de la investigación. Precisamente, hace unos años, bajando del Tossal me encontré a dos turistas alemanes, aficionados a la arqueología, que iban buscando la antigua ciudad ibérica de Edeta. Sin embargo, a nivel local es poco conocida, aunque se han hecho importantes esfuerzos de consolidación y recuperación de las ruinas. Después de las excavaciones de los años 30 y 40 del siglo pasado, sufrió décadas de abandono, y sólo a partir de los años 90 el Museo de Prehistoria emprendió un proyecto de protección y puesta en valor de un sector de varias manzanas. Estas manzanas con impresionantes viviendas de varias plantas son únicas en el mundo ibérico.
– ¿La ciudad de Edeta era el centro de un amplio territorio con mucho poder en la antigüedad?
Edeta era la gran ciudad, la capital de unos de los territorios más ricos e importantes del mundo ibérico entre los siglos IV y III aC. Una red de fortines distribuidos por la sierra Calderona, como el Puntal dels Llops, defendía su territorio y los campos de cultivo donde encontramos poblados o aldeas, como la Seña o la Monravana y granjas como el Castellet de Bernabé. Además, hay asentamientos en el llano sin fortificar destinados también a la explotación agrícola. La excavación de estas cuatro categorías de asentamientos nos ha permitido conocer cómo se estructuraba politicamente el territorio de esta gran ciudad, su organización económica y su sociedad.
-En otros lugares se han descubierto Damas: Elche o Baza. En edeta ¿qué representaciones femeninas se han encontrado?
Estas magníficas esculturas iberas representan a damas aristocráticas con un alto poder social. Hoy en día se descarta que representen a divinidades o sacerdotisas, son damas nobles que se autorepresentan para afianzar su poder. Ademas, el hueco que tienen ambas esculturas en la parte trasera del busto, para guardar las cenizas de la difunta, nos indica claramente que se trata de personajes reales. Sin duda, este mismo poder tendrían las nobles damas edetanas, aunque no se hayan hallado esculturas de este tipo en la zona. Aunque sí que hay una pequeña dama sedente con un niño en brazos, tallada en una piedra muy deteriorada, procedente del Castellet de Bernabé. En este caso, esta maternidad podría representar una diosa de la fertilidad.
Pero, sin duda, lo que mejor conocemos de la mujer edetana nos lo cuentan los vasos de Llíria.
-Y en la cerámica, ¿cómo es la representación de la mujer ibera?
Llíria se conoce sobre todo por sus magníficas cerámicas con decoración figurada, además de llevar textos escritos. Al principio se creyó que las numerosas escenas de los vasos narraban escenas de la vida cotidiana: la caza como medio de subsistencia, la guerra y festejos. Pero hoy esta interpretación es matizable pues no representan a toda la sociedad, sino las actividades propias de las élites aristocráticas., como la caza mayor, combates y duelos heroizados, desfiles militares o procesiones públicas. Las representaciones de mujeres son mas escasas que las de los hombres, pero algunas escenas y fragmentos son únicos para comprender el mundo femenino edetano y su simbología. Además, el contexto de algunos de los vasos más famosos, como el Vaso de los Guerreros o el Kalathos de la Danza, aparecieron en el interior de un pozo sagrado de un templo, dando a estos vasos un valor añadido de prestigio.
¿Una de las más famosas, sería la Dama del Espejo?
Este fragmento cerámico ha tenido varias interpretaciones. Cuando se descubrió, en el año 1933, se consideró que llevaba en la mano un espejo. Para otros autores se trataría de un abanico, y últimamente nos inclinamos más por que sea una flor, lo que está claro es que en todos los casos es un símbolo de feminidad, de la misma manera que lo son la paloma o el granado.
Otro fragmento muy interesante, y único por su iconografía, es el Vaso de las Tejedoras donde dos jóvenes sentadas hilan y tejen en un telar vertical. El tejido, el telar y el huso son claros indicadores de género y el máximo exponente de feminidad en la iconografía ibérica y de toda la Antigueda
–Y dentro de casa, ¿cuáles eran sus roles?
Lo que nos muestran las excavaciones es que en la vivienda ibérica los espacios son mixtos, donde conviven todos los miembros de las familias. No se han identificados estancias exclusivamente para hombres o para mujeres. Aun así, podríamos decir que hay tres elementos claves- el hogar, el molino y el telar- que definen el ámbito de la mujer en una casa, a lo que habría que añadir la despensa y almacenaje de víveres y enseres. Preparar y conservar los alimentos, cocinar, tejer, coser, además del mantenimiento de la casa, el cuidado de los hijos, enfermos y ancianos, serían los roles de las mujeres. Pero claro, estos últimos roles no dejan un rastro arqueológico.
Como administradora de la casa, lleva el control de la despensa. El hombre se dedicaba a la caza, comercio y la guerra, y la mujer a todo lo demás. Las tareas del campo, dependiendo del estatus social, se comparten. Ellas también trabajan en los campos, recogen la siembra del cereal, la uva y las olivas, cuidan de las colmenas y el cultivo de la miel y sobre todo organizan su conservación y almacenaje en las casas. Y, posiblemente, también realizasen el prensado de la uva y la aceituna en las prensas y almazaras que han aparecido en Edeta, el Castelllet de Bernabé, o La Seña, o incluso que participasen en los talleres metalúrgicos para la copelación de la plata del Puntal dels Llops. Eso es lo que hay que reivindicar, el gran peso que tiene la mujer ibera en la estructura familiar y en la comunidad y que el control administrativo doméstico estaba en sus manos.
En un artículo reciente planteamos, junto con Consuelo Mata, ¿Quién lleva las cuentas de la casa? En la Bastida de les Alcusses y en el Castelet de Bernabé ha aparecido, junto a molinos manuales, un plomo escrito con cuentas administrativas. También llaves y otros enseres de despensa propios de ámbitos femeninos. Todo ello parece indicar que las cuentas y la custodia de la despensa la llevaban las mujeres. Y eso quiere decir que, por lo menos algunas mujeres de las clases más pudientes, sabrían leer y escribir…. Y esto es un dato muy importante.
Hay que reivindicar no solo las grandes damas como la Dama de Elche, sino el papel de todas las mujeres en su vida cotidiana pues, como decía, llevaban todo el peso de la estructura familiar y social.
-En cuanto al vestuario, ¿cómo iban las mujeres en Edeta?
Hablando de roles de género, fíjate, el mundo de la guerra lo estudian sobre todo hombres, y el mundo de la indumentaria, mujeres. No falla. A mí, no es el tema que más me interese.
De todas formas, se sabe mucho a través de la escultura y de las pinturas de cómo iban vestidas, y de cómo cambiaron las diferentes modas a través de los siglos. También que las mujeres mayores o casadas llevaban la cabeza tapada con tocados y amplios mantos mientras que un distintivo de juventud eran las trenzas y la cabeza descubierta.
De las excavaciones se desprende la importancia que tuvo el tejido. En todas las casas, hallamos fusayolas, que formaban parte de los husos, contrapesos de los telares verticales, placas de telares horizontales o agujas de coser. Sin duda pasarían muchas horas del día tejiendo. La calidad y la belleza de los mantos y tejidos ibéricos fueron muy apreciados en la antigüedad y se mencionan en las fuentes clásicas. Eran un bien de intercambio muy valorado entre todo el mundo clásico.
Los vasos de Edeta son esenciales para conocer su indumentaria en el siglo III a.C. La vemos en las ceremonias de carácter festivo o religioso con largas túnicas con ricos ajedrezados, tocados acabados en punta, babuchas y el pecho ricamente decorado con collares u otro tipo de adornos. Sin embargo, los yacimientos de la zona de Lliria no han dado muchas joyas: fíbulas y anillos de bronce, sortijas de plata, agujas de hueso y peines de marfil, aunque cabe destacar el magnífico pendiente de oro del poblado de Penyaroja, una pieza única de la joyería ibérica.
-Y en el mundo religioso, ¿qué papel tiene las mujeres?
No se conocen los dioses y divinidades ibéricas pero la arqueología nos ha proporcionado mucha información sobre lugares de culto, rituales y algunas representaciones de divinidades.
En la misma Edeta se excavó un templo con un pozo votivo, lleno de ofrendas de vasos, y una estancia con un betilo, o piedra sagrada, que posiblemente representaría una divinidad ¿masculina, femenina? Algunos de los vasos pintados de este pozo narran ceremonias religiosas que seguramente que se realizarían en este edificio por sacerdotes o sacerdotizas. Sin duda habría sacerdotizas, pero es difícil diferenciarlas en la iconografía ibérica.
Sin embargo, en las casas se ve muy claro que es la mujer la que realiza los rituales de carácter religioso. En el Puntal dels Llops, en dos estancias donde se concentran las actividades propias de la mujer se hallaron cabezas votivas y exvotos de terracota – dioses o ancestros protectores del hogar -, pebeteros en forma de la cabeza de la diosa Demeter o Tanit, junto con lucernas y jarras y vasos para de libaciones que nos hablan de que allí se celebraban oraciones y ritos de ámbito doméstico y que era la mujer la protagonista de estos cultos privados.
Sí, en cuanto a las cuevas santuarios, en nuestra zona no tenemos los grandes santuarios tipo Despeñaperros en Andalucía, donde se depositaban cientos y cientos de exvotos de figuritas de bronce, pero sí que hay lugares de culto en cuevas, como la Cueva de Merimel de Bugarra, donde hombres y mujeres irían en procesiones a celebrar sus ofrendas y ceremonias como lo demuestran los depósitos de copas caliciformes y platitos, propios de los rituales religiosos.
-En la Segunda Guerra Púnica, raptan a la familia de Edecon. Parece que las fuentes clásicas cuentan este episodio del rapto para que Edeta apoye finalmente a los romanos
Del régulo Edecón nunca hemos encontrado su nombre escrito en ninguno de los textos pintados sobre la cerámica de Edeta, ni en plomos ni en epigrafía. Solo tenemos referencias suyas a través de los historiadores clásicos, Polibio o Tito Livio. Fue uno de los grandes jefes militares iberos con un gran poder, que dio nombre a su ciudad, Edeta, a su pueblo, los edetanos, y al amplio territorio que gobernaba, la Edetania. Y sí, efectivamente, también aparece en las fuentes clásicas como un buen estratega y hábil político, siendo los pactos y alianzas entre régulos claves en las Segunda Guerra Púnica. Si bien Edecón al inicio de la contienda era procartaginés, en el año 209 juró fidelidad a Escipión el Africano si éste liberada a su mujer e hijos que estaban rehenes en Cartago. Así Edecón abrazó la causa romana con una nueva alianza que sería decisiva en el desenlace de la guerra.
-Edeta sobrevive a la Segunda Guerra Púnica, pero no a la conquista romana. En torno al 180ac. los romanos destruyen este territorio que consideran cartaginés. Y las mujeres en ese final ¿qué?
Efectivamente en torno a esas fechas la ciudad de Edeta es saqueada y destruida y la población se baja al llano, hacia el actual Pla de l’Arc. Se desmantela la red de fortificaciones y la mayoría de ellos se destruyen y abandona. También se incendian y abandonan el Castellet de Bernabé, la Monravana o la Seña. Todo este proceso de abandonos, diáspora de población y reestructuración del poblamiento se da a lo largo del silgo II a. C. En el siglo I a. C. ya no queda nada de la organización de aquella Edetania y poco a poco irán surgiendo las villas romanas que a su vez serán el sustento económico de la nueva ciudad romana de Lauro, levantada en llano y cuna del ilustre edetano Marco Cornelio Nigrino, que llegó a ser consul y senador en Roma. La antigua ciudad ibera del cerro quedó en el olvido y su población, hombres y mujeres, entraría a formar parte del nuevo orden romano.
-Sin embargo, desaparece Edeta, pero ¿la estructura agraria y la mujer como administradora de la casa parece que pervive hasta la actualidad?
En la economía ibera, la agricultura de secano y la ganadería eran la base de la riqueza y de su poder. Por eso esa zona es tan rica: Se cultivaban cereales, aceite, vino, miel, pero también eran muy importantes la explotación minera y forestal de la sierra Calderona. La aristocracia edetana eran terratenientes con extensas plantaciones de vid y de olivos y cabezas de ganado vacuno y ovino. Y efectivamente, como hemos comentado el papel de la mujer, tanto rica como pobre, es clave para el sustento de esta economía.
Esta forma de vida, basada en el campo y recursos ganaderos, se ha mantenido en la zona de Llíria a lo largo de su historia, prácticamente hasta antes de ayer, como aquel que dice.
–Ahora que te has jubilado, ¿qué te gustaría dejar de legado en esta zona?
Concienciar a la ciudadanía y a las administraciones de que tienen un patrimonio ibérico único, pero frágil, y que hay que seguir trabajando en él. Hay que mantener, cuidar y potenciar el turismo arqueológico de estos magníficos poblados que forman la Ruta dels Ibers,
Y a nivel personal, tal vez, me hubiera gustado encontrar una necrópolis. Los poblados están muy bien documentados en el territorio de Edeta, pero del mundo de la muerte es el gran desconocido.