ANOCHE TUVE UN SUEÑO
José Luis Barrera
Andamos todos angustiados ante las noticias que nos sirven los medios de comunicación sobre los terribles enfrentamientos bélicos que tienen el con el riesgo incluso de que se expandan en todo el mundo. Las imágenes que nos muestran las pantallas parecen incluso haber perdido el pudor ante tanta violencia, destrucción y sangre derramada. Parece como si el jinete de la guerra cabalgase y cabalgase sin cansancio, devastando esta casa común nuestra que es la Tierra.
Esta noche pasada vi la película alemana “Crescendo”dirigida por Dror Zahavi y producida en 2019. Un director de orquesta alemán con un pasado turbio debido sus padres con un historial nazi es contratado por una ONG para formar un orquesta compuesta por judíos y palestinos. Algo parecido a lo que hizo el director judeo-argentino Daniel Barenboim con una orquesta compuesta por jóvenes judíos y árabes. La cosa no parece nada fácil por cuanto aparecen enseguida la hostilidad y el odio casi ancestral que los jóvenes músicos se profesan. El final del filme, aunque algo apañado, mostraba el deseo de paz que anida siempre en el corazón humano. Y es que la que la casa común de todos los hombres es un edificio que hay que cuidar y que hay que construir.
Nos alivia e incluso apacigua el miedo que nos sobreviene cuando los líderes mundiales se reúnen para alcanzar acuerdos que acaben con los conflictos armados. Pero ahora, por desgracia, eso lo vemos muy lejano. Y sin embargo es un sueño que no es imposible.
Por ejemplo, ese sueño de alcanzar la paz entre las religiones más importantes y cuyos fanatismos muchas veces han hecho saltar las chispas provocando los grandes incendios de los conflictos bélicos en el mundo. -!Las absurdas guerras de religión que asolaron el suelo de Europa en el siglo XVIl!- .
En 1959, el papa Juan Pablo ll logró reunir a los líderes de las religiones más importantes de mundo, para que éstos se comprometieran a cesar los enfrentamientos y hostilidades entre los distintos credos y comprometerse en colaborar para construir esa paz tan ansiada y tan necesaria para alcanzar la felicidad.
Ahora y también yo sigo soñando: ¿por qué el papa Francisco, hombre de paz, no intenta reunir a los actuales líderes del mundo Putin, Biden, Xi Jinping…- cuyas decisiones pueden influir enormemente en la construcción de un mundo si guerras y donde reine la justicia?