ALMODÓVAR SÍ, O NO
José Luis Barrera Calahorro
Ayer estuve comiendo con unos amigos. En la conversación informal que se tiene mientras compartes la mesa con ellos apareció el tema de Pedro Almodóvar, a raíz de su éxito en el festival de San Sebastián (aún no he visto lógicamente la película) ni tampoco he visto aún comentarios y críticas de ella, pero me supongo que será una película muy interesante, aunque en el aparezca en incómodo tema de la eutanasia. Almodóvar es muy libre y presume siempre de vivir con ese sentido de su libertad. Su libertad lo ha hecho siempre. Sus primeras películas eran de salvajismo libertario y de un mas que provocativo humor
El cine de Almodóvar es siempre un cine de polémica. Él mismo, sus detractores y defensores se encargan siempre de crearla. Nadie parece indiferente ante sus filmes. A Almodóvar se le ama o se le odia, e incluso, no se es capaz de separar su propia persona, que repele a muchos, de su propio cine. Con cada una de sus películas, ocurre siempre lo mismo.
Su última película será seguramente premiada en el festival de San Sebastián. Festival que siempre funciona sobre seguro. no difiere mucho de los filmes anteriores suyos, donde la vivencia del amor, la soledad y el desamor la búsqueda de la felicidad, amor y sexo mezclados, provocan una pasión devoradora. Sus cuatro personajes principales semejan inocentes criaturas –parecen adolescentes- que andan rastreando una felicidad que no encuentran o que parece estar más allá de sus trágicos destinos.
Este es el argumento de “La habitación de al lado” (“sin spoiler”): Ingrid y Martha fueron muy amigas en su juventud. Ambas trabajaban en la misma revista, pero Ingrid acabó convertida en novelista de ficción y Martha en reportera de guerra. Las circunstancias de la vida las separaron y, después de muchos años sin tener contacto, vuelven a encontrarse…
El cineasta manchego continúa además en su estilo almodovariano, marcado por un look posmoderno, con un barroco sentido plástico de la imagen y fotografía coloreada en pastel, con provocativas escenas gratuitas y conversaciones procaces y con una tipología de personajes ya casi tópicas en su cine. Ahora ya en la cumbre de su carrera Pedro Almodóvar ha ido puliendo “su estilo políticamente incorrecto” y se ha convertido en un director de cine internacional, rodando su película en inglés con actrices y actores de tanto renombre como Tilda Swindon, Julia Moore y John Turturro.
No sé si por esto Almodóvar es un director de cine tan discutido y contradictorio. Hay espectadores que aman su cine otros, lo odian hay espectadores que lo admiran y otros que lo desprecian, pero sigue siendo un director español sumamente interesante. A mi me interesan muchas de sus películas, sobre todo las primeras y también algunas de la segunda parte de su obra.
Algunos de los amigos que comían conmigo no estaban de acuerdo y andaban totalmente cerrados a la posibilidad de que Almodóvar hubiera hecho alguna buena película. Es un modo de encerrarse en algunos prejuicios que muchos tenemos. Lo importante no es decir si en un cuadro se ha pintado un rostro de color azul, sino a acercarse a él y comprobarlo. Pues lo mismo digo sobre el cine de Almodóvar, hay ser capaces de, sin prejuicios, ver lo que nos cuenta y descubrir -por lo menos a mí me ocurre– cómo cuenta las cosas que le pasa a la gente corriente. Espero, con impaciencia poder ver la película y juzgarla.